Wednesday, September 26, 2007

Sin ir más lejos,
esta tarde renové las esperanzas
Salpicadas de color celeste se fueron asomando a mi ventana.
Y sin mayores sobresaltos
agotaron las ganas de decirte nada.

Se hicieron torbellinos de miradas
que con piruetas de recuerdos caros
me fueron acercando decisiones
que te dejan lugar entre semanas.

Como una cartera de terciopelo negro.
Acaricia.
Al cuello.
Es de seda mi nueva compañía.
Se desliza en el hombro y sostiene la espalda con un beso de soplo.
Así, despacio, se detiene en las llamas.

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