Sunday, May 21, 2006

A veces no se sentarme al costado de la ruta.

A veces tengo ganas de compartir caminos.
Pero no es de esta vida el a veces.

A mi me gustan los accidentes cuando son de otros. De mi, me gusta el sendero.

Y en el borde del camino los ojos color miel.

Para hacer apetecible la tarde. Para jugar a ser feliz cuando nada lo impide y uno solo vacila entre extrañar y tener.

La extrañeza es diferente en las tardes. Porque se parece al amor que se tiene a la noche. Y también por la mañana.

Me cuesta saber que existo en este mundo de gigantes.
Me siento enorme en tu mirada.